Yo quiero tener un millón de amigos.... (8)
STOP!!
No un millón, no quiero. Un millón es demasiado, no entrarían en las cenas en mi casa, en las invitaciones al cine siempre sería difícil coordinar el momento adecuado para ir. Y no me quedarían días libre, porque seguro que cada día hay algo que hacer con ellos.
Me bastan menos, muchos menos. Una cantidad que entre en mi casa cuando quiera celebrar que me la compre. Que sean suficientes para no sentir que me faltan amigos, pero no demasiados como para olvidarme de quienes son.
Que no sea uno, porque si ese se va de mi lado, me quedo solo en la mitad de la vida. Yo quiero que mínimo 2, pueden ser hasta 10. Pero que cada uno signifique algo en mi corazón. No me importa si no nos vemos en meses, o si nos vemos cada día.
Lo que me importa es que cuando nos hablemos o veamos, haya una conexión, un lazo una historia. Que las horas o minutos juntos, sean de mucha alegría y satisfacción, aún cuando alguno este triste, porque esa sensación de alegría me ayudará a mejorar mi tristeza.
Siempre pensé que los amigos son inamovibles, que son siempre igual de amigos. Pero con el tiempo entendí que los amigos, como todo lo demás, cambian. A veces nos sentimos mejor, a veces un tanto incómodos. Hay momentos en los que hablamos más y otros en los que hablamos menos.
Pero reconozco al amigo, porque a pesar del tiempo y el espacio que nos separan, el abrazo que nos une es siempre fuerte y sincero. Los momentos compartidos siempre laten en el corazón y en los momentos que lo necesito y lo llamo siempre está allí para atenderme.
Hay mucha gente que lleva la amistad de una manera distinta, mucho más personal. Con mucha más interacción en el tiempo y con mucho más esfuerzo por construir los lazos de amistad. Yo debo admitir que para este tipo de personas soy un mal amigo, pero no lo hago con intensión... Solo soy una persona que no se preocupa del tiempo y que cree vale más un excelente momento que 100 años de compañía solitaria.
Vero.
