Monday, August 11, 2008

Lo que somos


Venimos a este mundo una mañana cualquiera y somos un conjunto de genes que se juntaron nueve meses atras y que como los árboles dejan caer sus frutos cuando es el tiempo, nosotros salimos del vientre porque no entramos más, porque el espacio que teníamos, nos ha quedado pequeño.

Luego vamos por la vida siendo esponjas. Que absorven el agua de su alrededor. No somos capaces de saber si el agua es limpia o sucia, solo sabemos que es agua y decidimos absorverla. No somos responsables de lo que pasa por nuestro filtro, porque no existe un filtro que separe los diferentes tipos de aguas.

Luego, nos convertimos en vertedores. Empezamos a esprimir la esponja que esta empapada hasta más no poder. Dejamos corre las cosas que habíamos absorvido. A veces como un pequeño caudal, otras como un splash de agua sobre la pared. No somos responsable de como sale el agua, porque es apenas la primera vez que nos esprimimos.

Y suele pasar muy a menudo que aunque nos esprimamos mucho en esa etapa, hay cosas que nos van a compañando en la siguiente. Y aunque quisieramos no ser esponjas, lo seguimos siendo porque no hemos dejado partir todo el agua de nuuestro interior.

De alli partimos a la senda de la transformación, en la que la meta es pasar del estado esponja al estado forma definida. Aquí ya no llenamos la esponja, pero llenamos el entorno. De cosas, de recuerdos, de pasado que no queremos olvidar. Ponemos también peroles de futuro que queremos alcanzar.

Y así seguimos cargando el agua que no dejamos partir, dejando cada vez menos espacio para lo nuevo, porque guardamos todo lo que hemos tenido aún cuando no sirve de nada más que para ocupar espacio.

Vamos caminando como unos bellos camellos, con el lomo lleno de agua por si acaso pasamos muchos días en el desierto. Con el pasado agarrado por las manos porque a esa ya lo conocemos, dudando del presente porque acaba de llegar, y al futuro pues le tenemos pavor, que será de nosotros en el. Demasiado incierto.

Pero llegamos a un punto más de la vida, ese donde nos damos cuenta que así no se puede caminar, donde el peso nos hunde en el camino. Y empezamos a botar, dejamos "las superficialidades" porque son las últimas que llegaron. Luego vienen esas creencias sociales que las dejamos colar, pero siempre nos resultaron un tanto dudosas.

Mucho llegan hasta allí, es suficientemente cómodo. Se puede caminar, con un poco de cansancio pero se puede y eso a decir verdad puede resultar super reconfortante después de estarse hundiendo en la tierra.

Otros siguen viendo que hay peso y continuan botando se van cada vez más profundo y empiezan a botar el agua. Esa de la etapa esponja. Pero para eso hace falta esprimirse, torcerse, estrujarse, dejar caer, aplastarse, ponerse al sol mucho mucho tiempo. De lo contrario jamás dejaremos partir la esponja que llevamos dentro.

Esos aventureros, por llamarlos de algún modo. Alcanza una dimensiónn distinta, una forma distinta, van por el camino más ligeros. Con el peso justo para poder caminar la vida sin sentir fatiga, solo con el agua necesaria para saciar la sed. Con el alimento del cuerpo y del alma, ese que da energía para continuar.

Alcanzan por fin lo que se llama el estado forma. Estado en el que tiene una figura con definición, de contornos claros y marcados. Que no se disfimunia entre las sombras y que puede ser visto con facilidad. A veces ese estado puede ser impactante para otros,m porque genera una diferencia en el entorno.

En ese estado ya no somos esponjas tratando de ser formas, somos formas que pueden absorver y verter. Nos convertimos por fin en un algo, y digo un algo porque es que no hay forma final. La primera que logremos será una, la última con seguridad será distinta.

Porque al final entendemos que la vida no es fija ni estatica. Es estable en su movilidad. Cambia siempre, todos los días y eso la hace estable. Te sube te baja, siempre en la misma proporción. Te da y te quita. Porque a la final de lo que se trata todo es de ir continuamente recibiendo lo nuevo y para ello debemos dejar lo viejo o cargar el peso hasta que no podamos caminar más.

La pregunta del cierre es... En que etapa estas? sigues en la esponja o ya tienes forma. Porque no importa si tenemos 15 o 85 aún podemos conservar la pureza misma del estado esponja o la definición clara del estado forma.

1 comment:

Panta REI said...

Pienso que nuestro extremismo, cómodo y satisfactorio (sentimos que hemos llegado al tope o límite y ya no hay más que hacer y podemos descansar) nos aferra a ser esponjas (en la mayoría) y algunos a lograr tener una forma.

Pero en realidad deberíamos ser ambas, deberíamos aún teniendo 90 años y una forma y estructura definida, conservar nuestra capacidad de aprender, de dejar ir, de absorber.

E igualmente, siendo esponjas deberíamos ir soltándo agua y liberando espacio. Lo veo más que tener una forma, es tener un vacío.

Y puede chocar fijarse como meta estar vacíos, ¿para qué después de tanto hacer y ver, quiero vaciarme?

Porque ningún pensamiento, recuerdo o idea, permanece o importa. Porque cada día podemos ser diferentes, lo importante es lograr el poder de estirarnos, de ser agua que fluye, de colarnos entre las rocas más peligrosas, entre las arenas más calientes, entre las manos más suaves. Y tomar la forma necesaria según lo que vivimos. Sin que esto signifique ser lo que otros quieren.

Ciertamente sentimos que vamos madurando, que vamos tomando una forma, pero es flexible, tiene movimiento, pues todo cambia. De modo que en realidad la meta es vivir, cambiar, experimentar, observar.

PD: Pos se te ha olvidado el español chavalina jejeje y andas hablando portugués :P

PD1: Me disculpo por no incluir el comentario en bilingüe para nuestros múltiples lectores :) la autora del post amablemente lo traduce :P