A] Teniendo en cuenta que es absolutamente cierto el dicho que dice que "todo se vale en el amor y la guerra";
B] Teniendo en cuenta que en la guerra contamos con la Convención de Ginebra, aprobada en 22 de agosto de 1864, que determina la suerte de los heridos en los campos de batalla y que no existe acuerdo alguno hasta el día de hoy en el que se promulgue que hacer con los heridos de amor, que son mucho más comunes;
POR ESTE MEDIO SE declaró que:
ART. 1 - Todos los amantes, hombres o mujeres, están siendo notificados de que el amor, además de ser una bendición, también es algo muy peligroso, imprevisible y capaz de causar graves daños. En consecuencia, el que decide amar tiene que saber que su cuerpo y su alma están expuestos a muchos tipos de heridas y no podrá culpar a la pareja en ningún momento, ya que el riesgo es igual para ambos.
ART. 2 - Una vez que una flecha perdida del arco de Cupido golpea a una persona, esa persona tiene que pedir de inmediato el arquero que lance otra flecha en la dirección opuesta, de modo que no caigan presa de la herida muy conocida por el nombre "amor no correspondido". En caso de que Cupido se niegue a dicho acto, el Acuerdo aquí promulgado exige que los heridos inmediatamente extraigan la flecha de su corazón y la tiren a la basura.
Nota: A fin de lograr este efecto, los heridos deben evitar llamadas telefónicas, mensajes de Internet, envío de flores, o cualquier otro acto de seducción, ya que estos actos pueden generar resultados a corto plazo, pero, inevitablemente, desaparecen con el tiempo. La convención declara que el herido debe buscar rápidamente la compañía de otras personas a fin de controlar el pensamiento obsesivo "de que aún vale la pena luchar por esta persona".
ART. 3 - En caso de que la herida viene de terceros, es decir, el ser querido está interesado en alguien que no estaba previsto en el plan pre-establecido, queda expresamente prohibido cualquier acto de venganza. En este caso, se permite la utilización abundante de lágrimas, algunos puñetazos en la pared o en la almohada, hablar con amigos, situación donde los heridos pueden libremente insultar a la ex-pareja, afirmar su total falta de buen gusto, pero absteniéndose de reducir el honor de la pareja.
NOTA: El acuerdo determina que el art. 2 también se puede aplicar: los heridos puede buscar la compañía de otras personas, preferentemente en lugares que la pareja no frecuente.
ART. 4 - En caso de heridas leves, clasificado como pequeñas traiciones, pasiones fulminantes que no duran mucho tiempo, el desinterés o la disfunción sexual transitoria, uno tiene que aplicar de forma rápida y abundantemente un medicamento llamado Perdón. Una vez aplicado este medicamento, nunca se debe mirar atrás y el tema debe ser olvidado por completo, nunca se debe mencionar como un argumento en las peleas eventuales o en momentos de ira.
ART. 5 - En el caso de las heridas definitivas, también llamado "Fin de la relación", la única medicina verdaderamente capaz de curar el corazón es el Tiempo. Es inútil e ineficaz tratar de encontrar consuelo con los adivinos (que siempre alegan que el amor perdido volverá), libros románticos (en el que los finales siempre son felices), telenovelas u otras cosas similares. Uno tiene que sufrir con intensidad, evitando completamente el uso de drogas, calmantes. El consumo de alcohol sólo está permitido con moderación, no superando más de dos vasos de vino al día.
DISPOSICIÓN FINAL: los heridos de amor, al contrario de los heridos de guerra, no son víctimas ni verdugos. Ellos han elegido algo que es parte de la vida y por lo tanto tienen que hacer frente la agonía y el éxtasis de su elección.
Y para aquellos que nunca fueron heridos por el amor, nunca podrán decir: "he vivido". Porque no han vivido.
Por Paulo Coelho
Traducido por Vero.
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